Considerada "remedio de todos los males", la aspirina es el medicamento más popular, extendido y aceptado. La alternativa natural a este producto consiste en comer un puñado de almendras, aunque sus efectos sean más lentos. La explicación radica en que las almendras contienen una buena proporción de salicilatos, sales formadas por ácido salicílico y una base que constituyen el principal agente activo de la aspirina, al que se deben los milagrosos efectos de este popular fármaco. Además, por su alto valor calórico y proteínico, las almendras ayudan a la regeneración del sistema nervioso y son un buen antiséptico intestinal.
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